Si eres de los que busca experiencias para vivir feliz después de casarte, aquí algunos consejos para un matrimonio feliz.
Es importante que siempre explores la relación con tu pareja, conozcan sus metas personales, deseos, necesidades, carencias, sueños…
Dejen a un lado la idea que si no funciona, existe la posibilidad de divorciarse de esta manera no invertirán en la mejora del matrimonio.
Tu pareja merece una atención exclusiva, dedica tu esfuerzo, atención, amor, tiempo y lo que sea necesario, siempre que sea recíproco crecer juntos, no cada uno por su lado.
Si como novios fueron felices, su matrimonio debe perdurar de la misma manera. Como demostraron ser en el noviazgo, así deben seguir comportándose, varios matrimonios se desintegran porque desconocen a la persona con la que están viviendo.
Un matrimonio es una decisión que implica una serie de acciones: afectiva, sexual, etc. Las cuales involucran una capacidad de construir, recrearte a ti mismo y a tu pareja.
Los valores que no deben perderse son: el respeto, la consideración y la amabilidad. Regala a tu pareja atención, delicadeza, cuida tu lenguaje. Acepta a tu pareja tal como es, sin críticas ni quejas, así aceptaste casarte con ella; cuando se olvidan estos valores es cuando aparece la duda, cuando te preguntas si estás con la persona correcta.
Para progresar debe existir la ayuda mutua, cooperar en las buenas y en las malas, en las labores del hogar y con los hijos.
Se es infiel cuando no se respeta el compromiso que se hizo al contraer matrimonio; gástate y desgástate por hacer feliz a tu pareja.
Sé paciente, es la base del crecimiento personal y de pareja; es importante que haya confianza absoluta y que no se oculten nada; jamás acumulen resentimientos, aclaren sus dudas siempre.
En el matrimonio hay libertad, no es atarse. No hay esclavos en la relación, sean libres para que crezcan como seres humanos; no se dominen, ámense.
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